"Hola Adrian, ¿quieres ser mi esclavo?"

Hoy al acceder a mi cuenta de Facebook, he recibido el siguiente saludo:



Efectivamente, Facebook ha invitado a sus usuarios a traducir el servicio en otros idiomas, de forma gratuita y por amor al arte. Según las condiciones de la oferta, el usuario, "reconoce y acepta que cualquier trabajo que realice con este fin pasará a ser propiedad de Facebook". También "reconoce que no se ofrecerá compensación económica alguna, ni cualquier otro tipo de compensación", y que "asigna de manera irrevoacable a Facebook cualquier derecho, título, o interés, incluyendo todos los derechos de propiedad intelectual, por todo el trabajo realizado." También otorga a Facebook el derecho de explotar el trabajo comercialmente o con cualquier otro fin, sin previo aviso o consentimiento, y sin derecho a compensación económica.

Si las empresas que explotan el fenómeno de redes sociales son tan cínicas como para ver el concepto de comunidad como una oportunidad para forrarse, a coste del trabajo no remunerado de sus usuarios, no sé qué ideal estamos intentando alcanzar.

¿Se apunta algún pringado?

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