¡Facebook se ha llevado mis amigos!

Suena dura la afirmación, pero resume el efecto que provocan las redes sociales en las relaciones humanas. "Todos mis amigos están en Facebook, y apenas hablo con ellos", va a ser el leitmotiv de los próximos años.

Ya no nos tenemos que escribir. Un día llamé a un viejo amigo para charlar y cuando le pregunté por las cosas de su vida, su respuesta me parecía sugerir que no tenía que hacerle esas preguntas porque toda la información ya se encontraba en Facebook, con fotos incluidas.

Mi factura de teléfono es mínima. No me llaman, no les tengo que llamar. Toda la información está allí, para consumir. Forman pareja en Facebook. Se casan en Facebook. Se bautizan en Facebook. Si tuviera pareja, no sé si dejaría que fuera también mi amiga en Facebook. No tendría que preguntarle nada, nunca. "Hola, cariño. Como me han hecho reír tus comentarios sobre la Reina Sofía en tu última nota de Facebook". "¿Ah sí?, solete. Yo leí los tuyos sobre Obama, y es verdad lo que dices. Mañana pondré un comentario". Y ya, termina la conversación. Ya no hay más novedades que contar. No es paranoia. Según un estudio reciente, el 60% de los norteamericanos cree que el ordenador pone en peligro sus relaciones de pareja.

Creemos que a través de las Redes Sociales conoceremos más gente. Haremos más amigos. Yo tengo unos cuantos amigos en Facebook, que son amigos de amigos y a quienes me han presentado por afinidad de intereses, por razones políticas, etc. Pero si he hablado con ellos, apenas. A más de uno se le puede ocurrir invitar a todos sus 'Facebook friends' a una fiesta para conocerles en persona. De todas formas, según un artículo reciente del New York Times, los eventos que se convocan a través de Facebook generan mucho más interés virtual que real.

Estuve hace unos meses en un bar en el centro de Madrid, y al lado había dos chicas tomando copas con sus portátiles. ¡No miento! Tomaban copas mientras chateaban con sus amigos en las redes sociales. Interacción real: Nada. No sé cómo la especie humana seguirá reproduciendo si no nos podemos ver en persona. Sólo falta que Google invente una aplicación virtual para que los hombres envíen su esperma a través de la red y cuando el niño nazca, se publique la foto en Facebook cual Tamagochi.

¿Soy ya con mis 31 años un viejo receloso? ¿Me asusta la gente joven con sus Feizvuks, y sus Mesinjers? ¿Quiero volver a los años 50 cuando ni siquiera había nacido? Pues, hasta cierto punto, me temo que sí.

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