Curiosidades electorales

Algunas observaciones para una noche aciaga:

Acabo de leer que Rajoy ha ganado menos votos que en 2008. ¿Cosas del sistema electoral?

Otra ironía: Los partidos pequeños aumentan escaños pero pierden poder. Zapatero tenía que pactar con los partidos minoritarios. A partir de ahora, todas las decisiones se tomarán en la calle Génova, sin la necesidad de consultar a nadie. Bienvenidos a la dictadura electa, algo al que ya estamos acostumbrados los británicos, pero que curiosamente, ahora mismo no tenemos. Allí, casi por primera vez en la historia, hay un gobierno de coalición.

Y ahora, ¿qué? Rajoy, a pesar de acaparar casi todo el poder institucional, lo tiene crudo. Europa está fastidiada. Lleva años siendo gobernada mayoritariamente por los suyos, y el PSOE ha perdido el poder precisamente por adoptar el tipo de políticas que gustan tanto al Partido Popular y a su principal benefectora, Angela Merkel. Unas políticas que ya se han demostrado fracasadas. Si él también fracasa y el voto popular también se fragmenta, estaremos abocados a un sistema político a la italiana. Gran parte del éxito del 'milagro económico español se debió a la estabilidad que proporcionó el bipartidismo. ¿Y si se hacen realidad los sueños de los indignados?

Un último comentario: Varios dirigentes populares nos han querido recordar que llevamos años viviendo por encima de nuestras posibilidades, y que ahora tenemos que acostumbrarnos a ser un país pobre. No es el mensaje que quería transmitir el gobierno de Aznar, el de las consignas, "España va Bien", y "Queremos ser un país serio". ¿Cómo calará entre sus votantes más fieles, los que llenan las plazas con banderas, obispos y 'viva Españas', la idea de que el futuro es ser pobre? ¿Se quejarán o se contentarán con vivir tan 'plácidamente' como en los años del Caudillo, aquellos años en los que apenas había carreteras y las mujeres llevaban velo? Sospecho que la respuesta a esa pregunta es que, en realidad, cuando sus dirigentes dicen que tenemos que acostumbrarnos a ser pobres, no se dan por aludidos. Pero los de las banderas aún no se han dado cuenta.

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