El Enigmático Don Alberto Ruiz Gallardón


En una cosa los medios están de acuerdo, y es que el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, acaba de cometer lo que puede llegar a ser recordado como el mayor error político de su carrera. En efecto, Rajoy ha defenestrado al político más popular de su partido, cediendo al chantaje de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, quien de manera poco creíble, le amenazaba con abandonar el cargo si dejaba al actual alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, presentarse en la lista del PP para Madrid.

Según sus propias palabras, Gallardón ha decidido dejar la política después de las elecciones generales del próximo 9 de marzo, y para decir la verdad, le sobran razones. La inmensa deuda de las arcas del Ayuntamiento de Madrid, consecuencia de una política de realizar grandes obras públicas por encima de la capacidad real de endeudamiento de la ciudad, combinada con un escándalo político, Operación Guateque, que puede convertirse en el caso más grave de corrupción municipal en la historia de la democracia española, serán demasiados para un Ruiz Gallardón que ahora carece del apoyo de la casi totalidad, si no la totalidad, de la jerarquía de su partido. Si no se va ahora, tarde o temprano los suyos le echarán.

Por un lado, la crisis hipotecaria pone al Ayuntamiento en una situación precaria teniendo en cuenta su gran dependencia de los préstamos financiados por el ahora fallido negocio de la construcción. Por otro, el escándalo mediante el cual las licencias de obra de la práctica totalidad de las juntas de distrito de la capital se otorgaban a golpe de talanario, por mucho que el alcalde lo quisiera negar le situó como máximo responsable político, y tarde o temprano le tendrá que pasar factura, aunque siga intentando echar el muerto a sus subordinados y lavarse las manos mediante la privatización de las propias instituciones municipales.

Y esto es lo más curioso del enigmático alcalde, Alberto Ruiz Gallardón. El ser el mejor comunicador político de España no quita que detrás de las cortinas de humo que se contruyó sobre la 'excelencia', la 'modernidad' y la 'innovación' de Madrid, yace una organización muncipal rancia y decadente.

Serán momentos interesantes. Parece que la muy impopular mujer del ex Presidente del Gobierno, José María Aznar, será el sustituto legal de Gallardón. Lo suyo va a ser un desastre de gigantescas proporciones por su imagen conservadora y trasnochada en una ciudad cada vez más dinámica y abierta. Además, tendrá que lidiar con las consecuencias de la mala gestión financiera de Madrid, y de la corrupción municipal del anterior regidor. ¿Será el PSOE capaz de encontrar en Tomás Gómez un candidato creíble para por primera vez en 19 años desbancar al Partido Popular en el Ayuntamiento del capital de España? Está por ver pero hoy parece más probable que ayer.

Mientras tanto, el Partido Popular, que hace una semana podía haber pensado que en el caso de perder los próximos comicios, tenía en Ruiz Gallardón un comunicador capaz de aglutinar el apoyo de los sectores más diversos de la sociedad española, y de devolver a la derecha al poder en 2012, ahora tiene que asumir que su político más moderado es el mismo que en un acto de torpeza absoluta, acaba de echar de sus filas a un político que él mismo respetaba, por miedo a las falsas amenazas del mayor representante de la extrema derecha, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Doña Esperanza Aguirre.

Hoy es un día negro para el PP, para Gallardón, para Mariano Rajoy, y de forma pirrica, también para Esperanza Aguirre. Tal vez sea también un nuevo amanecer para el Partido Socialista Madrileño, y que incluso levante una leve sonrisa en la cara del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que para ganar las elecciones sólo tiene que seguir hablando en clave positiva de sus éxitos y de sus propuestas para el futuro de España, mientras sus contrincantes se ocupen de borrarse por su propia cuenta del mapa político del país.

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