Despilfarro y mala gestión en la Comunidad de Madrid
Nos
preguntamos por qué el precio de viajar en Metro ha subido tanto en los últimos
años y hoy nos llega la respuesta. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid
(PP) ha reconocido ante los medios que entre
1988 y 2012 la rentabilidad del sistema de transporte subterráneo en la
capital ha bajado hasta tal extremo que hoy, a pesar del impresionante aumento
de las tarifas, hay que subvencionar el Metro en un 60%, una proporción tres
veces mayor que a finales de los ’90 cuando los billetes financiaban un 80% del
coste del mantenimiento de la red. Dato curioso a la vista de que en los años ’80
la Comunidad de Madrid tenía un presidente socialista. Sí, un dirigente del partido que
según la actual presidenta conservadora, Esperanza Aguirre derrocha el dinero
de los ciudadanos y deja el país en bancarrota, para que luego ella y sus
secuaces tengan que venir con sus recortes para ‘salvar las cuentas públicas’.
Los
dirigentes del PP madrileño tanto alardean de haber construido uno de los
mejores metros del mundo. Sin embargo, a la luz de estos datos no parece que su
principal prioridad haya sido la sostenibilidad de las cuentas públicas. Ya se
venía hablando desde hace tiempo de que la mega-obra del MetroSur era una ruina
y que los beneficios que daba a los ciudadanos de aquellos barrios no merecían
una inversión a la altura de una ciudad como Tokio. Ya existía una amplia red
de cercanías e incluso después de la obra los tiempos de viaje entre el centro
y los distintos barrios del sur son más cortos en autobús que en Metro. Sin
embargo, victoria tras victoria electoral, se ha repetido que el gran éxito de
la gestión de Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre es el Metro.
Todos
estos datos me parecen muy interesantes, porque siempre me había parecido raro
el afán de la Presidenta Aguirre por los recortes presupuestarios una vez que
su correligionario, Mariano Rajoy hubiera entrado por las puertas del Palacio
de la Moncloa. Porque en los años de Zapatero, Aguirre no destacaba
precisamente por el instinto ahorrador. En absoluto. Casi llegó a proclamar la
independencia de la Comunidad de Madrid y se quejaba día tras día de que el
Estado no invertía lo suficiente en esta ciudad. Mientras tanto, persistía en
ejecutar unas obras faraónicas que beneficiaban a sus amigos del sector de la construcción pero sin prestar atención alguna a la rentabilidad. Populismo y votos. Nada más.
A
lo mejor los ciudadanos debemos reflexionar un poquito más acerca de la
verdadera responsabilidad de esta crisis porque escuchar a nuestros mandatarios
echar la culpa a otros por la crisis de la deuda cuando son precisamente las
comunidades que ellos gestionan los que más han gastado en unas obras e
infraestructuras que requerían una alta cantidad de mano de obra, generaban
empleo a corto plazo, y creaban riqueza para sus amigos pero no tenían ningún
sentido desde una perspectiva de utilidad pública, me resulta cuando menos
perverso. Si el verdadero legado de su gestión es una red de transportes
incapaz de autofinanciarse, unas instalaciones deportivas –Piscinas Madrid 86-
en bancarrota, una ciudad cada vez más contaminada y una crisis de la deuda que
destruye los sueños de toda una generación de gente joven, no sé de qué pueden
presumir.
Lo
único que pido es que primero asuman su parte de la culpa- está claro que no
son los únicos pero representan una parte importante de lo que se ha hecho mal
en los últimos años-, y segundo, tomen medidas para solventar la situación
sin que tengan que perjudicar el conjunto de los ciudadanos. Y si para ello hay
que separar la gestión del transporte público en dos y privatizar aquellas
líneas que no son capaces de autofinanciarse (Principalmente MetroSur, MetroNorte
y MetroEste), que así sea. Pero que no vengan diciendo que toda la culpa es de
ya sabéis quien.