Hace dos años no había razones para dar la presidencia del Gobierno al PP de Mariano Rajoy. Él no quiso negociar con nadie. No ofreció nada a cambio del apoyo de los demás partidos, pero al final Ciudadanos (Cs) le apoyó por quién sabe qué razones y el PSOE abstuvo tras derrotar a su propio Secretario General. Sí, hartazgo hubo en la población, tras dos convocatorias electorales que no resolvieron nada, y al final los votantes aceptaron a regañadientes que hubiera un nuevo gobierno, más o menos de la misma forma con la que aceptaron la victoria de Franco tras tres años de guerra civil. Han pasado dos años más, y ¿donde estamos? El Gobierno no ha hecho absolutamente nada en este tiempo, salvo lograr aprobar un par de presupuestos. El país no avanza en nada. La situación en Cataluña está diez o cien veces peor; la economía, más o menos, avanza, gracias a la inercia tras la anterior legislatura; y no por nada que el Gobierno haya hecho en los últimos 24 meses, y empieza a haber señale
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