La victoria electoral no pasa por Sol
El camino para ganar unas elecciones en España no pasa por la Puerta del Sol, pero parece que, todavía, poca gente de la izquierda lo entiende. Lo que hay que hacer es invertir en educación y en formación, facilitar la creación de empresas y el acceso al crédito, y promover la internacionalización de las empresas.
Siempre he estado convencido de que la debilidad de la derecha es que por mucho que hable de la competencia y el libre mercado, siempre ha actuado en pro de los intereses de determinadas empresas, ha colocado a políticos en empresas públicas y privadas y ha pasado por el forro los derechos del consumidor y la libertad del trabajador. La izquierda puede y debe prometer mayor competencia, mayor transparencia, y mayor igualdad de oportunidades, y crear una meritocracia de verdad en el sector público y privado. Dar la vuelta al arcaico sistema de oposiciones sería un primer paso. Pero prefieren la política del avestruz y enquistarse en debates estériles sobre la monarquía o el federalismo. Así se alejarán cada día más de las preocupaciones del ciudadano común y, en definitiva, del poder.
Y hablo de izquierda y derecha porque así se definen ellos. Los votantes, en su mayoría, no son ni una ni la otra. Quieren soluciones, trabajo, una casa y un entorno en el que sea posible planificar su futuro con mayor seguridad.
Los que fijen como prioridad arañar votos a Pablo Iglesias, pronto se darán cuenta de que con el 5 % de pirados que le votaron, no irán a ninguna parte. Los demás estamos para otras batallas.
Siempre he estado convencido de que la debilidad de la derecha es que por mucho que hable de la competencia y el libre mercado, siempre ha actuado en pro de los intereses de determinadas empresas, ha colocado a políticos en empresas públicas y privadas y ha pasado por el forro los derechos del consumidor y la libertad del trabajador. La izquierda puede y debe prometer mayor competencia, mayor transparencia, y mayor igualdad de oportunidades, y crear una meritocracia de verdad en el sector público y privado. Dar la vuelta al arcaico sistema de oposiciones sería un primer paso. Pero prefieren la política del avestruz y enquistarse en debates estériles sobre la monarquía o el federalismo. Así se alejarán cada día más de las preocupaciones del ciudadano común y, en definitiva, del poder.
Y hablo de izquierda y derecha porque así se definen ellos. Los votantes, en su mayoría, no son ni una ni la otra. Quieren soluciones, trabajo, una casa y un entorno en el que sea posible planificar su futuro con mayor seguridad.
Los que fijen como prioridad arañar votos a Pablo Iglesias, pronto se darán cuenta de que con el 5 % de pirados que le votaron, no irán a ninguna parte. Los demás estamos para otras batallas.