Demagogia
Hoy los medios españoles se han hecho eco de la noticia de la destitución de un profesor de un colegio religioso en Cataluña con motivo de una baja por paternidad a la cual él tenía derecho, según las leyes vigentes en este país.
El pasado sábado 16 de junio, la misma iglesia católica ratificó su alianza con el Partido Popular por medio de un desfile por el centro de Madrid con el pretexto de oponerse a la decisión del gobierno socialista, y de la mayoría del parlamento, de legalizar el matrimonio entre homosexuales. El argumento que esgrimía la iglesia por esta férrea oposición a los derechos de este importante colectivo, era 'la defensa de la familia'. Aún no entiendo cómo la negación del derecho de dos seres libres de formalizar su amor por la vía del matrimonio pueda equipararse a 'la defensa de la familia', no obstante, esta semana la iglesia no ha tardado en confirmar que su objetivo real era precisamente 'destrozar la familia', algo que ayer ha querido hacer otra vez más al despedir a un profesor como castigo por su decisión de dedicar más tiempo a tan menesteres tareas como el cuidado de sus hijos.
Ahora, sólo falta que la iglesia nos explique por qué, si su objetivo es destrozar a la familia, decide desfilar por Madrid con banderas españolas y pancartas 'en defensa de la familia'. ¿No sería más lógico que los obispos salieran del armario ya, y admitieran sus verdaderas intenciones?
El pasado sábado 16 de junio, la misma iglesia católica ratificó su alianza con el Partido Popular por medio de un desfile por el centro de Madrid con el pretexto de oponerse a la decisión del gobierno socialista, y de la mayoría del parlamento, de legalizar el matrimonio entre homosexuales. El argumento que esgrimía la iglesia por esta férrea oposición a los derechos de este importante colectivo, era 'la defensa de la familia'. Aún no entiendo cómo la negación del derecho de dos seres libres de formalizar su amor por la vía del matrimonio pueda equipararse a 'la defensa de la familia', no obstante, esta semana la iglesia no ha tardado en confirmar que su objetivo real era precisamente 'destrozar la familia', algo que ayer ha querido hacer otra vez más al despedir a un profesor como castigo por su decisión de dedicar más tiempo a tan menesteres tareas como el cuidado de sus hijos.
Ahora, sólo falta que la iglesia nos explique por qué, si su objetivo es destrozar a la familia, decide desfilar por Madrid con banderas españolas y pancartas 'en defensa de la familia'. ¿No sería más lógico que los obispos salieran del armario ya, y admitieran sus verdaderas intenciones?