C's y Podemos, las OMV de la política española
Llevo unos años como cliente de Pepephone y aunque el servicio ha sido siempre bueno, en ese tiempo creo que me han cambiado de operadora tres o cuatro veces. Vamos, he perdido la cuenta. Es lo que tienen las OMV. Van cambiando continuamente de pareja pero te ofrecen la ilusión de proveerte de algo nuevo y alternativo, aunque en realidad te conectan con los 'malos' de siempre. Y no solo con uno, sino con todos en rotación, como un eterno baile en el que tu pareja la elige otro.
Reflexionando sobre los 'nuevos' partidos políticos, he acabado con la misma sensación. Tanto Ciudadanos como Podemos son las OMV de la política española. Prometían novedad, honestidad, una atención más cercana, etc. pero no han logrado alzarse como entes independientes. Cada uno tiene su lema. Han definido su buyer persona y utilizan la mercadotecnia para llegar a ellos como sea. Pero en vez de definirse, como de izquierdas o de derechas, por ejemplo, prefieren la ambigüedad, a sabiendas de que mañana a lo mejor tengan que desconectar a sus votantes de su 'red' preferida y engancharlos a otra.
La compra de la nueva casa de Pablo (Iglesias) e Irene (Montero/ ¿Montoro?) en Galapagar, es la última prueba que da credibilidad a mi hipótesis. De la misma forma que Albert Rivera ha logrado pasar de ser aliado de la alianza europea más xenófoba, a convertirse en posible compañero de coalición en un gobierno de minoría con el PSOE y finalmente como pareja discorde de Mariano Rajoy, -a quien un día ayuda para mantener su partido en poder en Madrid y el siguiente le crítica por no ser lo suficientemente duro con un presidente catalán con antecedentes xenófobos (nótese la ironía), Pablo Iglesias ha bailado su particular 'chotis' entre Irán, Venezuela, las tertulias de Intereconomía y los estudios de La Sexta.
Cierto es que en mi caso he dejado que las OMV de verdad bailen conmigo y hagan el trabajo sucio de negociar precios y cambiar de lealtad entre operadoras, porque a la larga creo que me ha beneficiado. Sin embargo, me pregunto por cuánto tiempo los votantes estarán dispuestos a delegar sus derechos ciudadanos en dos figuras que aplican la misma filosofía y con resultados bastante perversos. Solo falta que al igual que han hecho Telefónica, Vodafone y Orange; el PP y el PSOE acaben creando sus propias marcas blancas - o decidan crecer mediante adquisición.
Por mi parte lo tengo claro. Por lo menos con el bipartidismo elegías tú.