Solutions, please
Es el momento de hacer preguntas, en vez de afirmaciones:
- ¿Hemos perdido la esperanza de alcanzar la paz en el País Vasco?
- ¿Por qué siempre que hay un atentado terrorista en España, lo primero que se hace es culpar al gobierno sin ofrecer otro discurso alternativo y a la vez coherente?
- ¿Por qué sigue insistiendo el PP que de alguna forma la política que venía realizando el gobierno de José María Aznar era la acertada, cuando éste tampoco consiguió terminar con ETA y sólo logró aumentar la crispación y tensión entre el gobierno central y los autonómicos?
- ¿Por qué es tan cínico el Lehendekari, Juan José Ibarretxe, que sólo un día después de un atentado tan feroz, vuelve a poner sobre la mesa el tema de la independencia del País Vasco? ¿No hubiese sido más sensato aprovechar su primer discurso para condenar el terrorismo de ETA, y las personas y grupos que lo amparen?
- ¿Debemos asumir que la lucha policial contra ETA no será capaz de frenar la violencia, en cuyo caso al gobierno sólo le quedará la opción de mantener una posición dialogante, al margen de las actuaciones de los terroristas? Así se hizo en Irlanda del Norte y funcionó, pero allí el gobierno tenía un interlocutor válido así como algo que ofrecer en la forma de mayor autonomía para la región. En el caso del País Vasco, ¿qué puede ofrecer el gobierno a los nacionalistas que sirva para satisfacer al menos en parte a las exigencias de los asesinos? Y, ¿quién sería el interlocutor?
Estas preguntas no son fáciles de contestar. De toda formas, propongo que se busquen respuestas y soluciones, antes de arremeter contra un gobierno, que lo único que ha hecho es intentar la misma tarea, y que por desgracia, por lo menos momentáneamente, parece haber tropezado con las misma piedra con la que antes han tropezado tantos políticos, y de todos los partidos. Le deseo suerte, me fío que reaccionará con calma y con sensatez, incluso me atrevo a pensar que si mueve con delicadeza, puede conseguir una amplia condena a la actuación de ETA por parte de todos los partidos y sectores de la sociedad española y vasca. ¿Podrán los terribles sucesos de ayer por lo menos servir para conseguir la unión de todos los españoles contra el terror? No quiero ser pesimista, es el momento de buscar, y pactar, soluciones.
- ¿Hemos perdido la esperanza de alcanzar la paz en el País Vasco?
- ¿Por qué siempre que hay un atentado terrorista en España, lo primero que se hace es culpar al gobierno sin ofrecer otro discurso alternativo y a la vez coherente?
- ¿Por qué sigue insistiendo el PP que de alguna forma la política que venía realizando el gobierno de José María Aznar era la acertada, cuando éste tampoco consiguió terminar con ETA y sólo logró aumentar la crispación y tensión entre el gobierno central y los autonómicos?
- ¿Por qué es tan cínico el Lehendekari, Juan José Ibarretxe, que sólo un día después de un atentado tan feroz, vuelve a poner sobre la mesa el tema de la independencia del País Vasco? ¿No hubiese sido más sensato aprovechar su primer discurso para condenar el terrorismo de ETA, y las personas y grupos que lo amparen?
- ¿Debemos asumir que la lucha policial contra ETA no será capaz de frenar la violencia, en cuyo caso al gobierno sólo le quedará la opción de mantener una posición dialogante, al margen de las actuaciones de los terroristas? Así se hizo en Irlanda del Norte y funcionó, pero allí el gobierno tenía un interlocutor válido así como algo que ofrecer en la forma de mayor autonomía para la región. En el caso del País Vasco, ¿qué puede ofrecer el gobierno a los nacionalistas que sirva para satisfacer al menos en parte a las exigencias de los asesinos? Y, ¿quién sería el interlocutor?
Estas preguntas no son fáciles de contestar. De toda formas, propongo que se busquen respuestas y soluciones, antes de arremeter contra un gobierno, que lo único que ha hecho es intentar la misma tarea, y que por desgracia, por lo menos momentáneamente, parece haber tropezado con las misma piedra con la que antes han tropezado tantos políticos, y de todos los partidos. Le deseo suerte, me fío que reaccionará con calma y con sensatez, incluso me atrevo a pensar que si mueve con delicadeza, puede conseguir una amplia condena a la actuación de ETA por parte de todos los partidos y sectores de la sociedad española y vasca. ¿Podrán los terribles sucesos de ayer por lo menos servir para conseguir la unión de todos los españoles contra el terror? No quiero ser pesimista, es el momento de buscar, y pactar, soluciones.