Contra la Violencia de Género
Tras la trágica muerte de 4 mujeres ayer, consecuencia de la violencia de género, el Presidente Zapatero ha propuesto reunir a las Comunidades Autónomas después de las Elecciones del 9-M para elaborar un plan conjunto de medidas contra esta lacra. Un anuncio positivo, teniendo en cuenta que se necesitará el apoyo de las Comunidades para poner en práctica cualquier nueva ley que se elabore. Sería de esperar que todas las Comunidades fueran constructivas sobre un tema de tanta importancia de manera que las medidas sean reales y eficaces.
No hace falta recordar que aquí estamos hablando de dos cosas, dos problemas que se resisten a desaparecer en España. El primero es el machismo, que tristemente sigue existiendo en todos los estratos de la sociedad y que aparece en muchas situaciones, incluso en cosas tan básicas como la relación entre las empresas y sus clientes.
Otra cosa es la violencia de género, que a veces puede ser consecuencia del machismo, pero tal vez en la mayoría de los casos se deba a un trastorno psíquico que afecte el juicio del agresor. La distinción no es baladí, porque la aceptación o no de esta realidad también incidirá en la eficacia de las medidas que se tomen para proteger a las víctimas, sean estas mujeres, hombres, parejas, padres o hijos. Hace falta identificar primero, cómo proteger a la víctima del agresor, pero también qué medidas tomar contra el agresor. ¿Es suficiente una orden de alejamiento, o hay que darle también tratamiento psiquiátrico, o hasta una pena de cárcel? Son preguntas que espero sean tenidas en cuenta, porque sólo así podemos empezar a diagnosticar las causas, y encontrar las soluciones a esta enfermedad tanto nacional, como global.
Es un asunto de estado, y debe ser tratado como tal. Es fundamental que todos los partidos hablen con la misma contundencia, y sin crispación.
No hace falta recordar que aquí estamos hablando de dos cosas, dos problemas que se resisten a desaparecer en España. El primero es el machismo, que tristemente sigue existiendo en todos los estratos de la sociedad y que aparece en muchas situaciones, incluso en cosas tan básicas como la relación entre las empresas y sus clientes.
Otra cosa es la violencia de género, que a veces puede ser consecuencia del machismo, pero tal vez en la mayoría de los casos se deba a un trastorno psíquico que afecte el juicio del agresor. La distinción no es baladí, porque la aceptación o no de esta realidad también incidirá en la eficacia de las medidas que se tomen para proteger a las víctimas, sean estas mujeres, hombres, parejas, padres o hijos. Hace falta identificar primero, cómo proteger a la víctima del agresor, pero también qué medidas tomar contra el agresor. ¿Es suficiente una orden de alejamiento, o hay que darle también tratamiento psiquiátrico, o hasta una pena de cárcel? Son preguntas que espero sean tenidas en cuenta, porque sólo así podemos empezar a diagnosticar las causas, y encontrar las soluciones a esta enfermedad tanto nacional, como global.
Es un asunto de estado, y debe ser tratado como tal. Es fundamental que todos los partidos hablen con la misma contundencia, y sin crispación.