Los años Singulares
¿Cómo serán recordados los 'noughties'? ¡Qué palabra más curiosa! La escuché por primera vez en 2000 cuando tuve mi ceremonia de graduación y mi hermano me comentó que mi traje era muy 'noughties'. No le entendía. Suena a 'naughty', lo que quiere decir 'travieso' o algo así, pero de manera más despectiva, de esas palabras que utilizan los padres para espetar a los hijos. 'You've been very naughty', (has sido un niño muy malo). También puede ser utilizado para los adultos pero más como un juego entre parejas, o para definir los líos de los políticos, sobre todo en Inglaterra, la meca de la autocrítica, donde las mujeres de los políticos justifican los líos de sus parejas con la frase, 'He's been very naughty but it's all forgotten now.'
Entonces, resulta curioso que se utilice el homófono en el contexto con el que lo utilizó mi hermano. En mi reciente viaje a Londres he visto como la palabra 'noughties' se ha proliferado en los medios de comunicación, y es que si los años 60 ('sixties') marcaron época para la música pop, los 'seventies' para el punk, los 'eighties' para las políticas del 'sálvese quien pueda', los 90 para el final de la Guerra Fría, el grunge, John Major, la recesión y José María Aznar (¡vaya década!), ¿como ibamos a definir a estos primeros 10 años del tercer milenio. Pues, allí está: Los años cero, los 'noughties'. Una palabra cómica pero no nos queda otra.
¿Y qué nos han dado los noughties? George Bush, el 11 de Septiembre, el boom de la construcción, ¿ahora cómo van a terminar?, Melendi, David Beckham, los Serrano, Operación Triunfo, Facebook, You Tube, el iPod...
Una cosa está clara y es que somos todos mucho más liberales y tolerantes, parece que no quedan muchos tabúes, nos ofrecen tantos tipos de sexualidad como los esquimales disponen de tipos de nieve (hasta que se derrita el último iglú): La heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad, metrosexualidad, ubersexualidad, asexualidad, autosexualidad... La lista sigue, y ahora con Z.
Son tiempos de iluminación. Parece que aparte de los fanáticos que nos quieren matar por placer, o los que añoran la Santa Inquisición, nunca hemos estado más cómodos con nuestra condición humana.
Pero cuando los medios hablaban de los 'noughties' en los últimos días, paradójicamente se referían a otros cambios en nuestro estilo de vida, nada condenables pero poco acordes a esa imagen de liberación espiritual y sexual. El otro día lo ví en The Guardian en papel, una foto de un hombre acostado sobre un sofá en un pequeño estudio unifamiliar, mirando la televisión y comiendo una comida precocinada. Es la edad del solterón feliz (si es joven) o del solterón triste, en el caso de los mayores.
Los noughties son los años de la comida para uno, la nevera para uno, la lavadora para uno, la ducha para uno, y el eterno sueño de cada uno de que un día uno más uno sean dos, hasta que finalmente se realice y nos demos cuenta de que estábamos mejores solos que mal acompañados. No digo que sea una verdad absoluta pero es la imagen que en esta década los expertos de la mercadotecnia nos quieren transmitir. Y algo de verdad tiene si hasta el gobierno quiere promover la construcción de pisos de 35 metros. Y otra cosa sí es cierta, y es que incluso los que forman pareja, la forman pensando que la probabilidad de que dure son menores que en cualquier otro momento histórico, y en caso de que se rompa... separación de bienes. En los 'noughties' las relaciones de pareja obedecen el mismo régimen de los trabajos precarios. Pareja de Rodilla, ¿puede ser? ¿Con mayonesa? Sí Señor. ¿Por qué vender el piso unifamiliar para comprar una casa compartida si es más prudente ponerlo en alquiler y utilizar los ingresos de los dos para alquilar otro más grande? Para las relaciones temporales, alojamiento temporal. Hipoteca sólo para el 'Number One', para uno mismo.
No se trata de añorar los tiempos pasados, las relaciones hipócritas e infernales, la supremacía del macho, los divorcios largos, dolorosos y dañinos para la salud psicológica de los hijos. La realidad de los 'noughties' es una consecuencia natural del progreso humano y de los cambios en una sociedad cada vez más aburguesada. Pero no es el fin de la historia. Ese hombre sentado en el sofá mirando la tele, pronto se dará cuenta de que es toda basura lo que se pone, y que hay algunas cosas que es mejor compartir, aunque sea con contrato de 3 meses, infidelidad incluida. No sé cómo serán los años 10, pero de momento, hay que aceptar que estamos en los 'noughties': Los Años Singulares, como ningún otro.
Entonces, resulta curioso que se utilice el homófono en el contexto con el que lo utilizó mi hermano. En mi reciente viaje a Londres he visto como la palabra 'noughties' se ha proliferado en los medios de comunicación, y es que si los años 60 ('sixties') marcaron época para la música pop, los 'seventies' para el punk, los 'eighties' para las políticas del 'sálvese quien pueda', los 90 para el final de la Guerra Fría, el grunge, John Major, la recesión y José María Aznar (¡vaya década!), ¿como ibamos a definir a estos primeros 10 años del tercer milenio. Pues, allí está: Los años cero, los 'noughties'. Una palabra cómica pero no nos queda otra.
¿Y qué nos han dado los noughties? George Bush, el 11 de Septiembre, el boom de la construcción, ¿ahora cómo van a terminar?, Melendi, David Beckham, los Serrano, Operación Triunfo, Facebook, You Tube, el iPod...
Una cosa está clara y es que somos todos mucho más liberales y tolerantes, parece que no quedan muchos tabúes, nos ofrecen tantos tipos de sexualidad como los esquimales disponen de tipos de nieve (hasta que se derrita el último iglú): La heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad, metrosexualidad, ubersexualidad, asexualidad, autosexualidad... La lista sigue, y ahora con Z.
Son tiempos de iluminación. Parece que aparte de los fanáticos que nos quieren matar por placer, o los que añoran la Santa Inquisición, nunca hemos estado más cómodos con nuestra condición humana.
Pero cuando los medios hablaban de los 'noughties' en los últimos días, paradójicamente se referían a otros cambios en nuestro estilo de vida, nada condenables pero poco acordes a esa imagen de liberación espiritual y sexual. El otro día lo ví en The Guardian en papel, una foto de un hombre acostado sobre un sofá en un pequeño estudio unifamiliar, mirando la televisión y comiendo una comida precocinada. Es la edad del solterón feliz (si es joven) o del solterón triste, en el caso de los mayores.
Los noughties son los años de la comida para uno, la nevera para uno, la lavadora para uno, la ducha para uno, y el eterno sueño de cada uno de que un día uno más uno sean dos, hasta que finalmente se realice y nos demos cuenta de que estábamos mejores solos que mal acompañados. No digo que sea una verdad absoluta pero es la imagen que en esta década los expertos de la mercadotecnia nos quieren transmitir. Y algo de verdad tiene si hasta el gobierno quiere promover la construcción de pisos de 35 metros. Y otra cosa sí es cierta, y es que incluso los que forman pareja, la forman pensando que la probabilidad de que dure son menores que en cualquier otro momento histórico, y en caso de que se rompa... separación de bienes. En los 'noughties' las relaciones de pareja obedecen el mismo régimen de los trabajos precarios. Pareja de Rodilla, ¿puede ser? ¿Con mayonesa? Sí Señor. ¿Por qué vender el piso unifamiliar para comprar una casa compartida si es más prudente ponerlo en alquiler y utilizar los ingresos de los dos para alquilar otro más grande? Para las relaciones temporales, alojamiento temporal. Hipoteca sólo para el 'Number One', para uno mismo.
No se trata de añorar los tiempos pasados, las relaciones hipócritas e infernales, la supremacía del macho, los divorcios largos, dolorosos y dañinos para la salud psicológica de los hijos. La realidad de los 'noughties' es una consecuencia natural del progreso humano y de los cambios en una sociedad cada vez más aburguesada. Pero no es el fin de la historia. Ese hombre sentado en el sofá mirando la tele, pronto se dará cuenta de que es toda basura lo que se pone, y que hay algunas cosas que es mejor compartir, aunque sea con contrato de 3 meses, infidelidad incluida. No sé cómo serán los años 10, pero de momento, hay que aceptar que estamos en los 'noughties': Los Años Singulares, como ningún otro.