Intrusismo en el aula
La
Presidenta de la Comunidad de Madrid, según leo en Público,
ahora acusa a los profesores de frenar el bilingüismo porque algunos “no saben inglés y no quieren aprenderlo”.
Me
parece loable el esfuerzo por mejorar la enseñanza del inglés, pero ¿no es exagerado
esperar que cualquier profesor, sea de historia, de matemáticas o de geografía,
también sea experto en lengua inglesa? ¿Y realmente fomenta los conocimientos
de un idioma que las asignaturas más importantes sean impartidas por unos
profesores que no son nativos en la lengua de enseñanza?
Cuando
iba al colegio y el instituto, tenía la suerte de contar con unos profesores
que eran cada uno de los mejores en sus respectivas materias. Sin embargo,
nunca iba a esperar que el profesor de filología inglesa me diera las clases de
francés. De hecho, recuerdo un día en el que un profesor mío, un filólogo
excelente, tuvo que sustituir precisamente a mi profesora de francés. Se sentó delante de la
clase y se puso a leer el Daily Telegraph mientras hacíamos con diligencia los
deberes que la profesora ausente nos había asignado. Pasaron cinco minutos y el
docente, ya aburrido, cerró el periódico y dijo, “Mirad, dejad de perder el tiempo con esa lengua tan absurda, hablemos de
política”. Y así siguió la clase.
Con
tanta obsesión por mejorar los conocimientos de la lengua de Shakespeare entre
el cuerpo docente, la Comunidad de Madrid corre el riesgo de perder de vista
los pésimos resultados de los alumnos españoles en asignaturas tan importantes
como la ciencia o las matemáticas. Si quieren mejorar el nivel de inglés de los
jóvenes, tienen diversas formas de hacerlo. Podrían, por ejemplo, promover la
difusión del cine en versión original, algo que empezaron a hacer con la
llegada de la TDT a través de su canal oficial, pero que después de la
publicidad inicial han abandonado. O podrían cambiar la manera de enseñar
inglés desde los primeros años del colegio mediante la adopción de una
metodología con contenidos más prácticos e interactivos. ¿No sería más llamativo,
por ejemplo, que la Comunidad de Madrid contratase a una personalidad de la talla de Richard Vaughan como gurú encargado de analizar cómo mejorar la formación del
inglés en los centros educativos de la región? Sin duda, saciaría su apetito
por titulares y quizás a este se le ocurran mejores ideas que los palos de
ciego de los consejeros madrileños.
Hay
mil maneras de mejorar la enseñanza de inglés, sin embargo, el modelo de bilingüismo
que ha elegido la Presidenta de nuestra región no me convence, por lo menos
mientras sea necesario obligar a unos profesores que llevan años
perfeccionándose en otras asignaturas a enseñar su materia en una lengua en la
que no se sienten cómodos y con la que pierden su capacidad didáctica. Aparte,
es una ofensa a los que llevan 10 o 20 años perfeccionando una segunda lengua
sugerir ahora que cualquier persona puede dominar el inglés en 3 meses con la
ayuda de un curso intensivo, y con un nivel suficiente para poderlo impartir en
un instituto. Es la peor forma de intrusismo profesional que hay y sólo
conducirá a la mediocridad y la pérdida de prestigio de la asignatura que se
quiere impulsar.