La otra América
Cada
12 de octubre celebramos el mal llamado ‘descubrimiento’ de América,
sin embargo, ¡cuánto nos queda por descubrir sobre los países que se encuentran
al sur del Río Grande!
La
información que nos llega a Europa sobre Latinoamérica es muy limitada y no suele
ir más allá de los tópicos o de una mirada superficial que se alimenta
principalmente de la imagen proyectada por los grandes grupos mediáticos de la
región, casi siempre parcial y en muchos casos claramente sesgada. Quizás
por ello no sea de extrañar, aunque a mí me extraña mucho, que siga habiendo
mucha gente en nuestro país –en todos los niveles socioculturales– que habla de
Sudamérica para referirse a cualquier país al sur de Estados Unidos. Sin
embargo, en un mundo globalizado, en el que hay cada vez menos diferencias
entre los problemas que padecemos los habitantes de los distintos países del
mundo, sería útil poder aprovechar nuestra proximidad cultural con América
Latina para poder sacar lecciones sobre su realidad que sirvan para entender mejor
la nuestra.
Para
empezar, me parece un grave error referirse a América Latina, como lo hacen
tantos medios españoles y europeos, como una región homogénea. Uno de los
tópicos más habituales hoy en día es el que contrasta la situación de crisis
que estamos viviendo en Europa con el supuesto auge de las economías emergentes
en Iberoamérica. Sólo hoy he leído un artículo en El País titulado ‘América
Latina como solución’, en el que no se ofrece ningún ejemplo concreto salvo
la experiencia de Chile, como si el caso del país más europeizado del
continente a nivel económico fuera extensible a toda la región. Sólo hay que
comparar a Hugo Chávez con Cristina Fernández de Kirchner; Sebastián Piñera con
Evo Morales; José Mujica con Juan Manuel Santos o Ollanta Humala con Felipe
Calderón para ver que Latinoamérica no ofrece sólo una solución sino varias,
casi todas las cuales incluyen algún elemento de esperanza, pero ninguna sin su
cara oscura.
Entender
por lo menos algo sobre las diferencias en las estructuras sociopolíticas de
los países de la región es fundamental para poder analizar o interpretar
cualquier noticia de actualidad. Desde luego, no es de recibo que un medio como
ABC
publique una noticia sobre el actual conflicto entre el Gobierno argentino y
los dos principales periódicos del país por la propiedad de la principal
productora de papel prensa sin ir más allá de los argumentos expuestos en los
editoriales de estos dos medios. El País
por lo menos nos ofrece una información más amplia
y objetiva, sin embargo, el verbo elegido en el titular, ‘El Gobierno
argentino crea una ley para controlar el
papel prensa’ claramente insinúa que el ejecutivo de Kirchner tiene el objetivo
de reducir la libertad de determinados medios de comunicación. Constatación
esta que aún pudiendo ser una posibilidad, debe ser contrastada con datos sobre
la hegemonía de los periódicos, Clarín y La Nación, y sobre el poder que estos dos
grupos han ejercido a lo largo de la historia reciente del país. En este caso
concreto, de los medios europeos que he consultado sólo Deutsche Welle
nos ofrece un artículo realmente equilibrado en el que se incluye la
declaración de un académico, en este caso del Instituto Alemán de Estudios
Globales y de Área, que es lo más cercano que he encontrado a una fuente creíble.
Llama la atención que el mencionado académico no es capaz de ofrecer una respuesta
firme sobre el tema, porque como suele ser el caso en Argentina, la verdad tiene
muchas caras, pero sí por lo menos nos aporta información de utilidad que nos
permite sacar nuestras propias conclusiones.
La
mirada simplista que la mayoría de nuestros medios nos ofrecen de la actualidad
de América Latina, sin embargo, nos lleva a conclusiones tan obtusas como que
el actual éxito económico de numerosos países latinoamericanos es prueba de que
han aprendido todas las lecciones del pasado y de que han encontrado un modelo
de crecimiento sostenible. Una tribuna publicada hoy por el periodista y escritor
argentino, Miguel
Bonasso, en The
Guardian, nos ofrece una perspectiva que si bien no aporta nada nuevo a los
que seguimos habitualmente la actualidad de su país, por lo menos nos proporciona
una crítica incisiva sobre estos postulados y argumenta que el actual
crecimiento es, como siempre ha sido, pan para hoy y hambre para mañana.
Allí,
tal vez, sí podemos aprender una lección. Lo que en España se llama ‘ladrillo’,
en Latinoamérica se llaman ‘materias primas’. Proporcionan mucha riqueza y
empleo a corto plazo, pero si no se adoptan medidas para promover la
investigación y un desarrollo más sostenible, más pronto que tarde acabarán con
todos los recursos de la región. Y allí no sólo me refiero a Argentina, ni
siquiera a América Latina. Es una lección para toda la humanidad y si el amplio
despliegue de corresponsales de nuestros grandes periódicos fueran capaces de entrar
en mayor profundidad sobre esta realidad perturbadora, seguramente volveríamos
más conscientes de los retos que nos esperan y que nuestros políticos tampoco
están en posición de asumir.